domingo, 11 de septiembre de 2016

"Mi Everest fue salvar la vida de mis amigos"

Pablo Zelaya Huerta, montañista tucumano, llevó su pasión por el deporte a la cima del mundo. Su convicción lo motivó a cumplir un sueño. Estrechar la cumbre más alta del planeta Tierra. Pero la aventura le dio una satisfacción aún mayor. Regaló a sus compañeros la luz de un nuevo día.

Pablo en Red Milenium :"Traslado a la montaña el valor de donar vida en vida".

En el año del Bicentenario, Pablo  el "cóndor" Zelaya Huerta (37) llevó a Tucumán a la sierra más alta de la tierra. El Monte Everest. En el Continente Asiático y con las mínimas condiciones, se aventuró en una expedición única e inolvidable: " Elegí subir sin oxígeno. Ir Puro. Escalar como siempre lo hice .No tuve comidas calientes ni equipamientos. Éramos mi carpa, un yak, animal de carga, que soporta 100 kilos y yo. La montaña tiene dos caras, la Sur que es por donde van los turistas y la Norte, mucho más fría, que es por la que decidí subir. En total éramos 8 los que optamos por no llevar tubos para respirar. Fue una experiencia inolvidable que duró 60 días.Nunca  imaginé que estaría en ese lugar al que sólo miraba por fotos.Esa cima es mi ABC como montañista".


Pablo Zelaya Huerta en Everest. Reflejo de resistencia y pasión. Foto: Facebook.

El Cóndor compartió con los estudiantes de red Milenium su llegada al Monte.
La fontera entre China y Nepal fue el punto de encuentro de soñadores y aventureros. Montañistas con una sola misión. Abrazar la cima del mundo. La nieve y la altura fueron el escenario de momentos que el deportista tucumano inmortalizó en su memoria: " Para los sherpas, habitantes nativos de estas regiones, una expedición no puede comenzar sin antes pedir permiso a la montaña. Para ellos es un ser vivo. Hicimos en el campo base una ceremonia ,La Puja,para bendecir el camino y nuestras pertenencias.En esta rutina la Diosa Madre de la Tierra, te protege y si morís en el camino nadie puede sacar tu cuerpo. La dueña de la cumbre maldice a quien te busca. Por eso es que los lugareños no se arriesgan a sacar un cadáver, por miedo a ser castigados. Son muy creyentes y religiosos. Una vez que hicimos el ritual recién partimos hacia nuestros sueños. En el camino te encontrás con miles de situaciones impensadas. Cuando llegamos a los 6.400 metros, campamento en el que estuvimos 35 días, nos recibió una gran tormenta. Yo tenía una carpa pequeña y angosta, no me podía mover. Facundo Arana, con quien compartí unos mates, también estaba ahí. En otras condiciones. Él tenía espacios de entretenimiento, comedor, baño y 9 tubos de oxígeno. No por eso se descarta lo que hace. Para mí tiene un gran mérito. Venció sus miedos. En otra oportunidad tuvo que abandonar porque le Agarró un edema pulmonar y cerebral".



La Puja. Bendición y permiso con arroz y harina antes de comenzar el viaje.


     Misma pasión.El momento del encuentro con Facundo Arana. Foto: Facebook.

Pablo Zelaya Huerta no pudo llegar a la cumbre de los 8.848 metros. Pero su paso por ese cielo le dio algo mucho más valioso :" A los 7.400 metros terminó Everest para mi. Ese fue mi tope. Mi límite. El cuerpo no podía más. Tenía un gran deterioro físico. Intentaba respirar, sentía que el corazón se quería salir. Esa noche pensé que sería la última. Sin embargo, a las 3 de la mañana me levanté. Me empecé a mover porque ya no sentía mis extremidades. Me aferré a sobrevivir. Tenía que bajar por mis hijos, mis cachorritos. Así que al día siguiente me propuse hacerlo. Cuando comencé a descender me llamó un amigo. Luis Álvarez. Conocido Ironman mexicano. Me pidió por favor que lo ayude. Él había llegado a la cima, junto con Ara Khatchadourian, un montañista asiático. Se sacaron las máscaras de oxígeno y las protecciones para tomarse una selfie y quedaron ciegos. Sus retinas se habían dañado. Era una ceguera temporal pero así no podían manejarse. No lo pensé dos veces. Yo ya había perdido un amigo hace 5 años. No quería perder otros. Tenía que rescatarlos. Como sea. Me puse en contacto por radio con Cory Richards, atleta de National Geographic, y quedamos de acuerdo en que me los acercaría a los 7.700 metros. Y así fue. Bajé con ellos por una pared de hielo de más de 1000 metros de altitud, hasta llegar al campamento base. Demoré 9 horas. Encontrarlos y traerlos de vuelta fue mi cima. Mi Everest fue salvar la vida de mis amigos. Es increíble lo vulnerable que es el humano en ese lugar. Los sherpas te cobran 40.000 dólares para auxiliarte.Si no tenés te morís. Se perdió lo esencial de la actividad. Los valores". 

Luis Álvarez y Ara Khatchadorian, en el campo base luego ser rescatados.

"Bajar a Luis fue la mejor satisfacción de mi experiencia". Foto Facebook

El hombre que desafió el  Himalaya y realizó, entre otros circuitos, el Aconcagua en sólo 18 horas, se enfrentó también con el dolor y el miedo. La pérdida de su mejor amigo en una expedición y su deseo desesperado por aferrarse a la vida, lo motivaron a llevar actualmente un mensaje de solidaridad por el mundo: " Siempre le decía mi hijo que si alguna vez me pasaba algo, Alejando Sorondo, mi amigo, estaría ahí para contarle de nuestros viajes. Nuestras aventuras. Y hoy es él quien no está. Hace 5 años, un 2 de Julio, marcó un antes y después .Estábamos en Nevados del Aconquija y una fuerte corriente de viento nos separó. Nos arrastró. Ale no sobrevivió. Yo estuve 15 días en terapia intensiva y 3 meses en silla de ruedas. Me costó mucho volver al lugar donde nos accidentamos. Hice un primer intento pero la pena que sentía en mi corazón no me dejó llegar. En una segunda oportunidad pude hacerlo. Recordar lo que nos pasó me quiebra siempre. A cada lugar al que llego, me reencuentro con él, le hablo. Es y será eternamente mi compañero espiritual".


" Tuve que reinventarme y superarme para volver al lugar donde perdí a mi amigo".
Con solidaridad y sencillez, llevó el mensaje de la Fundación Espera por la Vida, a cada lugar del mundo que visitó. Con un único fin. Promover y difundir la importancia de donar sangre para el trasplante de médula ósea.

Con un futuro aventurero, Pablo Zelaya Huerta se prepara para un nuevo desafío. Polo Sur 2020 . Cruzará el glaciar con un trineo. combatirá 1200 kilómetros de campos de hielo. Emprenderá, una vez más, un frío viaje cargado de ilusiones y sueños. 

"Con Ara, mi amigo de Everest, haremos Polo Sur". Foto: Facebook.

Así fue el rescate en el Monte Everest. La voz del protagonista.

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