El cielo lloró por los 30.000 desaparecidos

Tucumán vestido de gris y empapado de recuerdos, rememoró el dolor.  Tras el aniversario 42 del Golpe de Estado, la lucha y la memoria, se hicieron presentes. Tatiana Holmquist marchó por su historia. Por su presente y pasado. Por los que fueron silenciados, los derechos y la democracia.

Sobrina de desaparecido e hija de sobreviviente, exhibe la historia relatada por su padre durante el secuestro.

Con dolor y esperanza Tucumán marchó. El cielo, como fiel testigo, no contuvo las lágrimas. Lentamente empapó cada rincón. Suspiros, recuerdos e historias arrebatadas se hicieron presentes. Los carteles, banderas e insignias fueron las voces de 30.000 sueños que no se cumplieron.

Con un brillo especial en la mirada, Tatiana Holmquist, llegó al punto de encuentro. Las intersecciones de las calles Salta y Junín no fueron un lugar cualquiera. En los años de dictadura se transformó en un museo de tortura. Aberración. Perversidad. Los ojos de "tati"  pardos e insistentes no dejaron de divisar el predio. Ahí la esperó el único héroe que necesitó idolatrar. Enrique Gustavo Holmquist, su padre. Con una entereza sobrenatural, aguardó su encuentro en un rincón. Fortaleza que adquirió en los años oscuros. Tiempos en los que se lo privó de su libertad. Días eternos en los que luchó por un nuevo amanecer.

Millones de sentimientos inundaron su mente,  pero no estuvo solo, su hija plantó bandera, firme, a su lado. Por sus venas corrió,con más fuerza que nunca, una sangre sedienta de justicia y verdad. Con aquellas 30.000 almas se fue un hermano. Un tío. Un visionario. Luchador y defensor del bien social: Luis Holmquist.

Tatiana enunció, con admiración y respeto, la imagen que construyó de él a lo largo de su vida. Reveló el perfil y la añoranza de una madre que nunca dejó de buscar. " Es increíble que pueda amar a alguien que no conocí. Todo lo que sé lo fui armando con el tiempo. Uniendo dichos, comentarios. Atando cabos. Él es parte de mi identidad y siento que la lucha en la sociedad forma parte de mi historia. Mi abuela me contó que sacaba comida de la casa y se la llevaba a las personas de las villas. Ayudaba en la alfabetización. Plantaba educación en las zonas más precarias y humildes. Con tan solo 20 años tenía unos ideales maravillosos. Era tremendo. Su madre murió esperando algún día su regreso. Guardó su guitarra criolla , sus botines y sus fotos.  La gente se negaba a pensar lo que les podría haber pasado a los desaparecidos". 

Su piel joven pero cultivada de ideales, se erizó al mencionar algunas de las torturas por las que su tío y su papá pasaron. " Mi padre nunca habló del tema hasta que tuvo que declarar. Quiso cuidarme. No hubiera dado el testimonio que brindó si yo estaba ahí. Me costó imaginar las aberraciones y los flagelos. Él contó que lo medicaban para que pudiera reaccionar después de las golpizas. El fin era  tenerlo vivo para volver a hostigarlo. Picanas. Azotes. Y todo en frente de sacerdotes. Claro está que Dios no estaba en ese momento, el infierno era el único actor. Dos veces lo secuestraron y en la segunda estuvo 28 días cautivo. A él lo amenazaron. Le dijeron que no volvería a ver a su hermano menor y así fue. Me cuesta ,por momentos, verlo tan entero".

En 1991, el general de brigada y autor del Operativo Independencia, Antonio Domingo Bussi ya en democracia, se postuló para gobernador. Perdió el cargo contra Ramón Ortega pero obtuvo varias intendencias, entre ellas, San Miguel. " Eso fue un golpe muy duro para mi papá. Yo estaba en quinto año de la secundaria y no me dejaba salir a la calle sin documento. El carga con un pasado muy crudo, vio como lo llevaron a su hermano,golpearon a mi abuela y destruyeron todo en la casa. Durante años me despertó de noche el sollozo de sus convulsiones y la voz de mi mamá : " Enrique ya está...Enrique". 

Tucumán alberga historias que merecen ser contadas y jamás olvidadas. Como la de Luis, Gustavo y Tatiana. Para que el presente se reconstruya con derechos y democracia. Con respeto y con seres humanos dueños absolutos de su identidad. 

Retratos de la movilización tucumana en el aniversario 42 del Golpe de Estado: